viernes, 31 de diciembre de 2010

Planeta privilegiado 1 de 6

El principio de mediocridad, formulado por John Richard Gott en 1.969 afirma que no existen observadores privilegiados para un fenómeno dado, que en su aplicación a la cosmología dice que no existe nada intrínsecamente especial acerca de la Tierra. Según este principio la Tierra es un planeta relativamente ordinario orbitando una estrella ordinaria en una galaxia ordinaria que a su vez es parte de un número indeterminado de galaxias en un universo cuya delimitación espacial ni siquiera está definida con certeza. Este principio lo deriva de la secuencia de descubrimientos que desde Copérnico han ido quitando importancia a la posición de la Tierra en el espacio y, también, de su lógica que le llevó, por ejemplo, a calcular en 1.969, haciendo uso de este principio, que con un 50 % de probabilidad el muro de Berlín no duraría más de 24 años (sabemos que fue derribado en 1.989).
La formulación matemática de este principio la escribió con dos inecuaciones que contienen dos variables: el tiempo transcurrido desde que se produjo un determinado hecho (t actual) y la probabilidad (f) de que al hecho le reste un determinado tiempo (t restante):

 \frac{\tau_{actual}}{\left| (f+1)/(f-1) \right|} < \tau_{restante} < \tau_{actual} \times \left| \frac{f+1}{f-1} \right|

El razonamiento que hizo cuando el Muro tenía 8 años para estimar cuántos años le restarían de vida es el siguiente: a lo largo de toda la vida del Muro, multitud de personas se harían la misma pregunta que él, y que no había ninguna razón para suponer que él se la estaba haciendo en un momento especialmente significativo de la historia del Muro. Determinó, de esta manera que, con una probabilidad del 50 %, siendo t actual = 8 años, el t restante estaría comprendido entre 2,66 años y 24 años. Sabido es que 20 años después de su predicción, en 1.989, el Muro de Barlín fué derruido, por lo que Gott adquirió prestigio con su predicción.
Para comprobar sisus inecuaciones son correctas hagamos las cuentas como si Gott, en 1.984, es decir, 23 años después de la instalación del Muro, se hubiera hecho la misma pregunta; los datos serían: t actual = 23 años; f = 0,5. Con estos datos los resultados son: t restante mayor que 7,67 años y menor que 69 años. Gott no hubiera acertado; además estos resultados no son coherentes con el principio del que las dice derivar porque los resultados que se deberían obtener debieran ser los mismos en valor absoluto fuera cual fuera el momento del tiempo en el que se hicera la estimación.Además es fácil darse cuenta de la tomadura de pelo de Gott con unos básicos conocimientos de probabilidad: el resultado que se obtiene en su predicción de 1.969 es que con un 50 % de probabilidad el Muro caerá en más de 2,66 años y en menos de 24. La afirmación complementaria es que con un 50 % de probabilidad en muro caerá en menos de 2,66 años y en más de 24 años. La analogía sería: si tiro una moneda con un 50 % de probabilidad saldrá cara y, complementariamente, con un 50 % de probabilidad no saldrá cara, que es lo mismo que decir que saldrá cruz. Un tio listo este Gott.
Sin embargo hay otros que no se conforman del todo con este principio y afirman que de las múltiples, quizá infinitas localizaciones que podríamos tener en el Universo, la que realmente ocupamos tiene claras ventajas en relación con la observación del resto del Universo.