sábado, 17 de julio de 2010

A veces siento la naúsea

Con relativa frecuencia surge en mi vida una idea que me suele provocar un sentimiento parecido al que sentía el protagonista de "La naúsea" de Sartre.
Me refiero a la concepción del mundo físico y biológico. La idea es la siguiente: cualquier aspecto de la realidad física, incluida la biológica, que analizo me sugiere la pregunta última: y esto, ¿de donde viene?. Es una pregunta inevitable, porque desde la más tierna infancia nos hemos acostumbrado a pensar sobre las causas de las cosas; por ejemplo: quién trae los juguetes en Navidad: los Reyes Magos; y de dónde vienen los Reyes Mago: de Oriente; y como pueden traer tantos juguetes: traen muchos camellos y pajes que les ayudan; y cómo pueden repartir juguetes a todos los niños de la tierra en una noche: traen muchos camellos y pajes que les ayudan. Adolfito deja ya de preguntar porque nota en su padre una sensación como de naúsea. Ninguno de los dos ha quedado del todo satisfecho.
Volvamos a la cuestión. Si llevo a mi idea la imagen de un Universo físico de dimensiones apabullantes, me impresiono: en el siglo XXI conocemos del orden de doscientos mil millones de galaxias (se trata de una cifra que ya empieza a producir un poco de mareo: un dos seguido de once ceros) y, por término medio, en cada galaxia hay del orden de doscientos mil millones de estrellas mas o menos grandes que nuestro Sol. Asi que si multiplicamos una cifra por otra obtendremos el orden de las estrellas que hay en el Universo que conocemos en el siglo XXI: un cuatro seguido de veintidos ceros. Busquemos un término de comparación para hacernos una idea más clara: se trata de más estrellas que los granos de arena contenidos en todo el planeta Tierra. Y dejarme que os maree un poco más: estas son las cifras calculadas con los telescopios actuales, cuyo alcance no ha parado de crecer: ¿qué dirán los telescopios de dentro de mil años?. Ya hay científicos que empiezan a sospechar, esto sí que va a ser difícil de probar, que el número de estrellas y de galaxias es infinito. Digo que será difícil de probar porque si se quiere seguir el método científico habrá que contarlas y, digo yo, alguno podría empezar a hacerlo, pero quién podría terminar la cuenta. A Einstein se le atribuye esta frase: "Solo conozco dos cosas infinitas: una es el número de necios y otra el tamaño del Universo. De la segunda no estoy seguro".
Pero sigamos con la naúsea, porque esto provoca un poco de mareo, pero ni siquiera llego a vomitar: ¿qué es lo que provoca la naúsea?. Volvamos a la cuestión: como somos físicos medio avezados nos ponemos a la tarea de tratar de hacer un modelo, de tratar de explicar un poco como funciona este mecanismo inmenso que acabamos de describir. Quién con su física newtoniana, quién con su física relativista, sabe que hay unas leyes físicas que, basadas en una serie de fuerzas, cuatro según el estado actual de la física, permiten explicar los movimientos de los planetas, de las estrellas, de las galaxias, incluso algún movimiento general expansivo del Universo. Bueno, bien: esto no solo no me provoca mareo, sino que empiezo a encajar las piezas: ¡con lo que nos ha costado a los hombres llegar a descubrir las leyes que rigen el movimiento físico!, ¡déjame que descanse en las cabezas de todos estos genios que a lo largo de siglos han sido capaces de poner en nuestras manos las reglas de este juego de la física!. De acuerdo, te dejo descansar. ¿Descansado ya?. Vamos de nuevo a lo nuestro: estamos contentos porque parece que tenemos todo explicado: las propias leyes de la física nos explican cómo se producen los movimientos e incluso la formación de las estrellas y galaxias como resultado de esas cuatro fuerzas. Nos sentimos satisfechos de nuestro ingenio hasta que alguien formula dos preguntas: ¿conocemos la materia física y conocemos las leyes de su constitución y movimiento, pero quién ha puesto la materia y quién ha puesto las leyes?. Alguno extremadamente sutil podría responder: la materia y las leyes de la materia es todo materia, porque hablar de leyes es una forma asequible de organizar nuestras ideas, nuestros modelos mentales, pero la realidad no son nuestras ideas sobre la materia, la realidad es la propia materia y su forma de evolucionar, siendo entre las variadas formas de evolucionar, la más simple el movimiento. ¡Concedido!. Reduzcamos entonces el número de preguntas; de dos a una: ¿quién ha puesto la materia? y desdoblemos la pregunta: ¿quien ha puesto la materia física y quién ha puesto la materia biologica que permite plantear estas preguntas?. Y si alguno se me ha escapado por el idealismo y ha respondido que la materia tampoco existe, que lo único que realmente hay es la idea, la sutil idea sobre la materia; la pregunta sigue siendo la misma: ¿y quien ha puesto la idea?. Porque vamos a concedernos una pericia intelectual sin parangón, vamos a declararnos hipergenios, con un cociente intelectual que maree: ciento cincuenta, no: un uno seguido de veintidós ceros; además, nos vamos a resetear: no quiero estar influido ni por todo lo que me han contado hasta ahora, ni por mi conducta, ni por mi tradición, ni por todo aquello que me conviene; voy a tratar de hacer un ejercicio mental para moverme solo en lo fundamental, en el terreno de los principios. Vámonos al principio: a aquella papilla informe, extraordinariamente caliente, extraordinariamente densa. Dentro de ella establa la física de entonces y la física de ahora: la materia y las leyes que la rigen: todo materia; las partículas que ya han descubierto los ciclotrones que hemos construido hasta ahora y las que descubrirán los ciclotrones que construiremos dentro de mil años (perdón, que construirán). Pues la pregunta seguirá siendo recurrente: ¿quién ha puesto la papilla? Porque no olvidemos que la papilla no la ponemos nosotros: con un esfuerzo supremo algunos han conseguido descubrir los componentes de la papilla; partículas y reglas que las regulan; pero ni las unas ni las otras las han puesto ellos. Y la pregunta seguirá siendo la misma dentro de mil años, cuando la física se haya ido aproximando más y más a la explicación de la materia y de las leyes que la rigen. Y conformémonos con llegar a aproximarnos suficentemente a la física de nuestro entorno, porque si Einstein tiene razón y la luz es la señal que viaja más rápida en la naturaleza, lo más que vamos a poder analizar es lo que esta a unos añitos de años luz de aquí, porque lo que está a quince mil millones de años luz de aquí y se esta produciendo en este momento no lo vamos a poder analizar hasta dentro de quince mil millones de años. Para entonces .....: ¡todos calvos!. Si esto no te ha provocado la naúsea, querido amigo, te recomiendo que vueltas a leer, o mejor: que empieces a rezar. Un fuerte abrazo.
Os dejo un video en el que la doctora Yolanda Gómez, del Centro de Radioastronomía y Astrofísica de la UNAM(Universidad Nacional Autónoma de Méjico), responde a la pregunta "¿cuántas estrellas hay en el Universo?". Y otro video en el que se realiza un viaje por el universo conocido: ida y vuelta desde/hacia la Tierra en menos de seis minutos: ¡Buen viaje!

martes, 13 de julio de 2010

Irene y Hugo

Estamos en una fiesta. Irene se acerca a Hugo y procura atraer su atención. Hugo se siente un poco violento porque esta cuidando de sus hijos pequeños y no sabe muy bien como actuar. Le pregunta a Irene por su familia y ella le cuenta que tiene varios hermanos que están por allí; Hugo le dice que se los tiene que presentar. Se marcha y al poco viene con su madre: se la presenta a Hugo. Se vuelve a marchar y cuando vuelve, Hugo no esta; debe ser una hermana quien le acompaña. Irene mira pero no le encuentra, así que su hermana se marcha.
Cuando vuelve Hugo le hago un comentario que me ha oido más de una vez: ¡ten cuidado que las mujeres se rigen por criterios estéticos!. Le digo esto porque esta claro que Hugo le gusta. Irene vuelve al cabo de unos minutos, se pega a Hugo y le dice:"Eres muy guapo". Él, un poco violento no sabe muy bien qué responder ni como actuar. Le dice:"Tú tambien eres muy guapa". Ella se contonea un poco de espaldas a Hugo, se vuelve hacia él y le dice:"Pues tú eres precioso". Hugo ya no sabe donde meterse.
Irene tiene cuatro años; Hugo treinta y seis.

domingo, 4 de julio de 2010

Qué es un aborto

Ayer estuve junto al Tribunal Constitucional apoyando a las organizaciones convocantes para pedir a los miembros del Tribunal que apliquen la Ley (¡menuda hazaña!). Ya se que es una ingenuidad, ya se que cada miembro del tribunal además de consultar los artículos de la Constitución que apliquen al caso, oirán, como quien no quiere la cosa, las recomendaciones de su amo (¡Sí, wuana!); incluso se que algunos, en caso de discrepancia, prestarán mas atención a estas últimas; no me extraña, solo me repugna.
A lo que voy: ¿qué es un aborto?. Un aborto es una acción en la que intervienen tres: la madre, el hijo y el cirujano o lo que sea. La madre que toma la decisión, normalmente muy condicionada, el hijo que solo habla desde su silencio y el cirujano o lo que sea que decide cumplir lo que la madre decide. La madre se mueve normalmente por angustia vital, el hijo no se mueve mas que cuando le enchufan la trituradora o la aspiradora y el cirujano o lo que sea se mueve por dinero. No quiero referirme a las madres que se mueven por inconsciencia, por frivolidad. Al otro actor, han conseguido, con harta satisfacción por su parte, dejarlo al margen: el padre.
Lo que la Ley recoja o no recoja respecto de la responsabilidad legal de la madre o la responsabilidad legal del cirujano o lo que sea, no cambia ni un ápice la realidad de lo que es un aborto. La responsabilidad real, incluso la del padre, desde su polvo fáctico, ni se contempla.
¡Enhorabuena mis queridas abortistas!. No se si es un derecho lo que habéis conquistado, sí estoy seguro que el resultado es un desecho.